Significado y Definición de Animal
Según la experiencia, es fácil reconocer un animal y diferenciarlo de las formas de vida de las plantas. Sin embargo, la distinción se vuelve más compleja a medida que desciende en la escala evolutiva de la organización del mundo animal.
Animales y Plantas
Una observación superficial permite establecer la diferencia más clara entre un animal y una planta. Los animales reaccionan a una serie de estímulos en el ambiente y perciben la luz, los sonidos y los olores de manera directa e inmediata.
Su relación con el medio ambiente parece más profunda y activa que la de los vegetales, crecen y se elevan, por lo tanto, se mueven; sin embargo, su movimiento es más lento, casi imperceptible.
Cuando nos centramos en la observación de animales menos evolucionados, estas diferencias parecen diluirse progresivamente. Los órganos sensoriales de una estrella de mar no son reconocibles y su forma no es tan definitivamente "animal".
Las esponjas son inmóviles y los corales se ramifican como árboles. Todas las características más familiares en los animales parecen estar ausentes en tales seres: movilidad, actividad, capacidad de reacción, etc. Sin embargo, ellos también son animales.
La diferencia fundamental entre los reinos vegetal y animal radica en las características celulares y el tipo de nutrición. Las plantas son organismos autótrofos, es decir, se alimentan de sustancias minerales, luz y agua.
Para esto utilizan la fotosíntesis, a través de la cual producen moléculas orgánicas utilizando la luz solar. Los animales son heterotróficos, ya que tienen que alimentarse de otros seres vivos para obtener elementos nutritivos.
Forma y Organización
En el reino animal, se integran seres de las más diversas formas y tamaños. Hay animales microscópicos, como los protozoos, que son unicelulares, o rotíferos, y otros de dimensiones gigantescas, como las ballenas y los cachalotes.
Hay formas marinas fijas e inmóviles, como esponjas, corales, crinoideos y otras que tienen una gran movilidad y una velocidad sorprendente.
La morfología animal está condicionada por el grado de adaptación a un hábitat dado. Las formas esféricas de numerosos protozoos acuáticos, como los radiolarios, reflejan un tipo de vida basado en la fluctuación.
Las delicadas telas de las medusas favorecen su movimiento en el agua; la forma alargada de los gusanos les permite vivir y moverse bajo tierra, bajo el mar o dentro de otros animales.
Los numerosos apéndices de los artrópodos les permiten colonizar todo tipo de ambientes, etc. Asimismo, el diseño fusiforme del pez facilita su movimiento con un mínimo de resistencia en el agua.
El cuerpo delgado y ligero de las aves les permite ser sostenido en el aire; y los extremos de los mamíferos les permiten caminar, saltar y capturar a sus presas.
Características de un Animal
Tegumento y Sistema Esquelético
En la medida de lo posible, el organismo debe estar protegido y aislado del exterior: para este propósito se desarrollan los llamados integumentos. A menudo, las células que las componen secretan sustancias especiales que se endurecen y forman una barrera adicional, como un peto.
Tal es el origen de los esqueletos de piedra caliza de los corales, las conchas de los moluscos o las conchas de quinina de los insectos y crustáceos. Los vertebrados, los animales más evolucionados, también tienen formaciones externas protectoras. Cabe mencionar, por ejemplo, las escamas de peces y reptiles, las plumas de las aves y el pelaje de los mamíferos.
El sistema esquelético constituye la estructura de soporte del organismo: en los vertebrados, el esqueleto se encuentra dentro del cuerpo, formando un conjunto de piezas o huesos articulados que, además, sirven como soporte, fijación y palanca para el músculos.
Respiración de un Animal
En animales menos evolucionados, el oxígeno penetra en las células por difusión simple. A medida que la estructura de los seres se vuelve más compleja, se hace evidente la necesidad del desarrollo de conductos y dispositivos para distribuir oxígeno por todo el cuerpo. Los animales acuáticos respiran a través de las branquias a través de las cuales el oxígeno disuelto ingresa al agua.
Los animales terrestres, por otro lado, tienen tráqueas, es decir, sistemas de conductos, conectados al exterior, que se ramifican en túbulos cada vez más delgados hasta llegar a las células, como sucede entre los insectos.
En los vertebrados, la respiración está estrechamente vinculada al sistema circulatorio. Los glóbulos rojos contienen hemoglobina, un pigmento que se combina con el oxígeno y permite que sea transportado a los extremos de los capilares sanguíneos, siendo liberado allí y luego absorbido por los tejidos.
Sistema Circulatorio Animal
Los alimentos, digeridos y absorbidos por el animal, y el oxígeno son transportados a los tejidos a través del sistema circulatorio. Este conjunto está constituido, fundamentalmente, por una red de conductos o vasos a través de los cuales circula un líquido compuesto de células, proteínas y otras sustancias.
En los animales, el sistema se abre y los vasos fluyen hacia huecos o hemoceles, que bañan las vísceras directamente. En los vertebrados y otros grupos, el sistema está cerrado, y la sangre se impulsa a través de un órgano de bombeo muscular, el corazón.
Nutrición y Excreción
Los alimentos ingeridos deben desglosarse en sus principios básicos para que puedan ser asimilados por el organismo animal. Dicha descomposición ocurre en el proceso digestivo.
A medida que aumenta la escala evolutiva de los animales, el tracto digestivo diferirá progresivamente en una serie de cavidades especializadas en las diferentes etapas del tratamiento de los alimentos. Cavidad oral, equipada con partes masticatorias, sopladores, mollejas, estómago e intestinos.
A través del proceso de excreción, los residuos de asimilación y las sustancias tóxicas se eliminan del cuerpo. En los vertebrados, esta función pertenece a los riñones, órganos en los que se filtra la sangre para formar orina.
Reproducción y Desarrollo de un Animal
La reproducción es el proceso que permite a los seres vivos mantener su especie a lo largo del tiempo. En los animales más simples, la reproducción sexual coexiste con asexual. El primero, las células reproductivas, o gametos, de dos individuos del sexo opuesto se unen para formar un nuevo ser.
En el segundo, en cambio, una parte del cuerpo del animal separa y regenera el organismo. El óvulo que surge de las relaciones sexuales experimenta un proceso acelerado de multiplicación celular hasta que forma una masa homogénea.
De la cual se envuelven las envolturas celulares que dan lugar a los diferentes tejidos y órganos. Este proceso se llama embriología.
Comunidades de Animales
Muchos animales se reúnen en comunidades más o menos estables, para asegurar su supervivencia de manera más eficiente que si se enfrentaran al medio ambiente solos.
En algunos grupos, como los corales y los briozoos, las colonias están estrechamente relacionadas. Ciertos insectos, como hormigas, termitas y abejas, dan lugar a verdaderas "sociedades", con una estricta división del trabajo, de modo que toda la comunidad actúa como un superorganismo.
Cuya preservación se dirigen las actividades de los individuos que se dirigen. Otra forma de relación es el gregarismo, por el cual un cierto número de animales de la misma especie comparten un territorio. Este es el caso de los rebaños de herbívoros o bancos de peces.
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