¿Qué es la jícama?
La jícama es un tubérculo comestible, dulce y crujiente que se asemeja a un nabo en apariencia física, aunque las plantas no están relacionadas. Se ha cultivado en América del Sur durante siglos y la verdura es bastante popular en la cocina mexicana. El sabor único de la jícama se adapta bien a ensaladas, salsas y platos de verduras. Los tubérculos a veces pueden llegar a ser bastante grandes, aunque cuando superan el tamaño de dos puños, comienzan a convertir los azúcares que les dan su sabor dulce en almidones, haciéndolos un tanto amaderados al paladar.
Jícama en rodajas.
En realidad, la raíz tuberosa de una planta leguminosa, la jícama, crece en enredaderas que pueden alcanzar los 20 pies (6 metros) de largo. Las enredaderas tienden a abrazarse al suelo y terminan en tubérculos que pueden crecer hasta 50 libras (22 kilogramos) de tamaño, aunque la mayoría de los que se envían al mercado pesan aproximadamente de 3 a 4 libras (1,3 a 2 kilogramos). Antes de comer, se debe pelar la capa exterior marrón gruesa para revelar el interior blanco.
La jícama agrega sabor a la salsa.
Al elegir jícama en la tienda, los compradores deben buscar tubérculos firmes de tamaño mediano con raíces secas. Los puntos húmedos o blandos pueden indicar podredumbre, y los compradores no deben sentirse atraídos por los demasiado grandes, porque pueden no ser tan sabrosos. No deben refrigerarse, ya que temperaturas inferiores a 50 ° F (10 ° C) las dañarán.
La jícama ha sido durante mucho tiempo un alimento básico en América del Sur, donde se ha cultivado durante cientos de años.
La jícama es excelente cruda y, a veces, se come sola. También se puede utilizar como sustituto de la castaña de agua en platos chinos, en cuyo caso conviene echarlo justo antes de servir. Las raíces también aparecen en guisos, jugos, rellenos y una variedad de otras recetas. Además de tener un sabor y una textura únicos, la jícama toma bien el sabor, lo que la hace muy adecuada para la experimentación culinaria. Es una gran fuente de vitamina C y no contiene grasa, por lo que es un excelente refrigerio para llevar.
Las plantas crecen mejor en climas cálidos y secos. Se pueden plantar y cultivar durante todo el año, aunque los tubérculos se forman mejor durante el invierno. Las plantas de jícama que brotan a fines de la primavera tienden a producir tubérculos extremadamente robustos en el invierno, mientras que las plantadas en verano producen los más sabrosos, aunque generalmente son algo más pequeños. La planta prefiere pleno sol y lluvias moderadas, y está sujeta a daños por heladas, lo que la convierte en una mala elección para los climas del norte. Además, la jícama produce un insecticida natural en la vid sobre el suelo, lo que significa que la planta se protege a sí misma de plagas dañinas.
La jícama puede ser una buena adición a una ensalada.
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