¿Qué es la organización industrial?

La estructura tanto del negocio como del mercado donde funciona es importante para el proceso de organización industrial.
La organización industrial es una disciplina que se enfoca en comprender y evaluar el comportamiento de las empresas, los mercados en los que participan y la interacción entre ambos. El objetivo de este tipo de estudio es aumentar la eficiencia interna de la empresa para que esté preparada para competir de forma más eficaz en el mercado. Esto se gestiona no solo refinando la estructura y los procesos operativos del negocio, sino también adaptándolos para que puedan abordar de manera más efectiva lo que está sucediendo dentro del mercado en general.
Si bien las teorías sobre la organización industrial pueden variar en algunos de los detalles, hay algunas consideraciones generales que es probable que se aborden en cualquier intento de posicionar una empresa dentro de un mercado para obtener los mejores resultados. En primer lugar, entre estas consideraciones se encuentran los elementos esenciales o básicos que se relacionan con el nivel actual de operación de la empresa y sus objetivos finales. Esto incluye evaluar la demanda de los bienes o servicios que ofrece a los consumidores, qué tan eficientemente la empresa se mantiene al día con esa demanda y qué tan rápido puede usar recursos como tecnología, instalaciones y su fuerza laboral para adaptarse a los cambios en la demanda. En el camino, la calidad y durabilidad de los productos también se consideran un componente básico de la operación, ya que tienen efectos de gran alcance en la capacidad de la empresa para competir.
Junto con estos conceptos básicos, la estructura tanto del negocio como del mercado donde funciona es importante para el proceso de organización industrial. Aquí, se aborda la capacidad de la empresa para diferenciar sus productos de los de la competencia, la posibilidad de que nuevas empresas ingresen al mercado y la capacidad de integrar nuevos métodos o diversificar las líneas de productos existentes para asegurar nuevos negocios . Como parte de este proceso, evaluar el mercado es esencial antes de que pueda tener lugar cualquier evaluación lógica de la empresa individual.
La conducta continua de la industria y el negocio también es clave para una organización industrial eficaz. Esto incluye evaluar las posibilidades de publicidad que llega a los consumidores, continuar las actividades de investigación y desarrollo, tanto dentro de la industria en general como de las empresas individuales, y la posibilidad de fusiones, acuerdos de trabajo y otras asociaciones a corto o largo plazo entre los principales actores dentro de La industria. La conducta general también abordó el uso de estrategias legales para posicionar efectivamente una empresa dentro de una industria, así como los medios legales empleados dentro de una industria para seguir siendo viable a largo plazo.
Finalmente, la consideración de la influencia del gobierno tanto en la industria como en las empresas es clave para el proceso de organización industrial. Aquí, la atención a las regulaciones aplicables y la acción de las agencias reguladoras impactará a la industria en su conjunto y al proceso de participación en el mercado de todas las empresas involucradas con la industria. La naturaleza de las estructuras fiscales vigentes también es un elemento importante, junto con las leyes que rigen la inversión en la industria a través de las empresas participantes. También se considerarán cuestiones como las medidas antimonopolio, las limitaciones gubernamentales al crecimiento del mercado en general y el efecto de las políticas gubernamentales en la economía en general.
Idealmente, el proceso de organización industrial permite que tanto la industria en general como la empresa individual en particular utilicen más eficazmente los recursos disponibles como medio para volverse más productivos y así participar en la economía general con mejores resultados. Este tipo de evaluación organizacional no es un evento único, sino un proceso continuo. A medida que cambien los factores clave, surgirá la necesidad de reevaluar y adaptar diversas situaciones. Sin esta atención constante a las circunstancias prevalecientes, la oportunidad de fallar se maximiza en gran medida.
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