Conducto radicular del bebé: características y funcionamiento.
Un conducto radicular de bebé es un procedimiento dental que a veces se puede realizar en un diente temporal, también conocido como diente de leche. En algunas situaciones, un dentista puede recomendar un tratamiento de conducto para bebés en lugar de extraer o tirar del diente afectado. Este procedimiento se puede considerar cuando una caries se ha extendido a la porción central del diente y el dentista cree que un tratamiento de conducto puede salvar el diente. Hay dos tipos básicos de conductos radiculares para bebés, denominados pulpotomía y pulpectomía . Este tipo de procedimiento generalmente tiene una alta tasa de éxito, aunque puede haber factores individuales que reducen las posibilidades de éxito.
Los dentistas usan un tratamiento de conducto para extirpar el nervio y la pulpa de un diente que se ha enfermado o infectado.
Las caries están hechas de bacterias, así como de otras partículas potencialmente dañinas. Cuando la cavidad crece y se extiende hasta el centro del diente, se puede desarrollar una infección. Esto puede causar hinchazón, malestar o dolor. Si el resto del diente parece estar sano, un dentista puede recomendar un tratamiento de conducto para bebé en un intento por salvar el diente.
Muchos dentistas consideran que la endodoncia del bebé es un procedimiento con un alto grado de éxito.
Un procedimiento conocido como pulpotomía es un método para realizar un conducto radicular para bebés. En este procedimiento, la sangre y los nervios solo se extraen del centro del diente. Una pulpectomía es un poco más complicada, ya que la sangre y el suministro de nervios se extraen hasta la raíz del diente. Por lo general, una pulpectomía tarda un poco más en realizarse que una pulpotomía. En ambos procedimientos, se usa un material de relleno grueso para reemplazar la irrigación sanguínea y nerviosa del diente.
Muchos dentistas consideran que la endodoncia del bebé es un procedimiento de gran éxito, aunque este procedimiento no siempre tiene éxito para salvar el diente. En algunos casos, el procedimiento no puede eliminar todas las bacterias y, finalmente, el diente se cae de todos modos. La hinchazón y la inflamación que ocurren naturalmente como resultado del procedimiento también pueden hacer que el conducto radicular falle y que el diente se caiga.
Cuando una caries crea una infección en los dientes, esto puede causar hinchazón y dolor.
Debido a los riesgos de falla del conducto radicular del bebé, así como a posibles traumas físicos y emocionales para el niño, muchos padres optan por no realizar este procedimiento en su hijo. Mientras el niño no sienta ningún dolor, algunos creen que los posibles beneficios simplemente no valen los riesgos para el bienestar general del niño. Cualquier padre que esté considerando este procedimiento debe hacer una investigación considerable, y puede ser conveniente obtener una segunda opinión si tiene alguna inquietud.
Un tratamiento de conducto para bebés debe ser realizado por un dentista.
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