Implante óseo: características y usos.

Un implante óseo o injerto óseo es un procedimiento médico en el que una pieza de hueso dañada o faltante se reemplaza con un injerto. Si el injerto se realiza con éxito, es muy probable que el área sane bien, lo que permite que el paciente utilice el hueso como lo haría normalmente. Una de las razones más comunes para un injerto óseo es la colocación de un implante dental, ya que se requiere soporte óseo adicional en la mandíbula para los implantes dentales, y los implantes óseos también pueden usarse para reparar huesos astillados, rotos o gravemente dañados.

El fémur suele ser una buena fuente de hueso donante.

En un implante de hueso autólogo, el hueso se extrae de otra parte del cuerpo del paciente. El fémur suele ser una buena fuente de hueso donante para un implante óseo autólogo. Los implantes alopáticos implican el uso de hueso de otro donante, y también es posible usar implantes de hueso de origen animal o sintético como la cerámica. Algunos implantes implican la inserción de una matriz que está diseñada para servir como base para el crecimiento del hueso, con el objetivo de alentar al cuerpo a reparar el problema por sí solo. El tipo de implante utilizado varía según el paciente y su estado. Los implantes autólogos se consideran ideales, porque el riesgo de rechazo es muy bajo.

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Los procedimientos de injerto óseo a menudo juegan un papel clave en los implantes dentales.

El procedimiento de implante óseo comienza con la anestesia del paciente y la preparación de la zona. Puede que sea necesario rasurar el hueso sano para crear una superficie ideal para la implantación. Dependiendo del sitio del implante, se pueden usar clavos o un cemento quirúrgico especializado para unir el hueso antes de cerrar la herida y sacar al paciente de la anestesia .

Los implantes óseos que se curan con éxito normalmente serán visibles mediante rayos X después de la cirugía.

Si el implante óseo cicatriza con éxito, las radiografías del sitio tomadas en las citas de seguimiento en las semanas posteriores a la cirugía revelarán claramente un tejido alrededor del implante, lo que muestra que los huesos del cuerpo se conectan con el implante. Si se rechaza el implante, se verá una línea clara de demarcación entre el hueso del cuerpo y el implante, y también se puede desarrollar una infección. En estas situaciones, será necesario retirar y reemplazar el implante.

Los huesos rotos o gravemente dañados pueden requerir un implante óseo.

Este procedimiento generalmente requiere la supervisión de un cirujano ortopédico , un cirujano que se especializa en afecciones relacionadas con el sistema musculoesquelético. Él o ella pueden trabajar con un dentista en el caso de un implante dental, para asegurarse de que el implante óseo sea suficiente para un implante dental. Los pacientes deben discutir los posibles riesgos y complicaciones de los injertos óseos con sus cirujanos, y también deben preguntar sobre la duración del tiempo de recuperación a esperar para injertos óseos en particular, y si necesitarán o no tomar medicamentos inmunosupresores y otros medicamentos para prepararse para el implante.

Un injerto de hueso es un procedimiento en el que se reemplaza una pieza de hueso dañada o faltante con un injerto.

 

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