¿Qué son las operaciones discontinuadas?

Las operaciones discontinuadas involucran cualquier función de producción de una empresa que se encuentra en proceso de eliminación gradual o que ya ha dejado de realizarse.

Las operaciones discontinuadas involucran cualquier función de producción de una empresa que se encuentra en proceso de eliminación gradual o que ya ha dejado de realizarse. Esto puede incluir instalaciones de producción que se han cerrado y actualmente se ofrecen a la venta. Las operaciones discontinuadas se contabilizan de manera diferente a las operaciones continuas en los registros contables de la empresa.

Una empresa puede optar por poner fin a las operaciones de una instalación o una división de la empresa debido a una serie de factores. Los productos producidos en una instalación determinada pueden volverse obsoletos o perder su atractivo para el público comprador. Si el equipo de la instalación no se puede adaptar para fabricar otros productos que aún representan un producto vendible, se puede tomar la decisión de cerrar la instalación y vender los activos relacionados con la operación antes de que se produzcan más pérdidas.

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En otras ocasiones, las operaciones en instalaciones particulares pueden interrumpirse debido a problemas geográficos. Esto es especialmente cierto cuando los costos de transporte entre instalaciones comienzan a erosionar la rentabilidad de mantener una planta o instalación de almacenamiento relativamente remota. En este escenario, la empresa puede optar por subcontratar la producción a otra empresa que esté más cerca y cerrar la instalación remota.

Si bien las operaciones descontinuadas pueden incluir la decisión de dejar de producir ciertos productos, el simple hecho de realizar un cambio en una línea de productos no constituye un verdadero estado de descontinuación de una operación. Si las instalaciones utilizadas para producir el producto descontinuado están adaptadas para fabricar un producto diferente, la operación se clasifica como continua y no se trata como un activo para la venta. La clave para la clasificación como operaciones discontinuadas reside en si el activo ya no tiene valor para la empresa y debe venderse para evitar o minimizar la pérdida. Si la operación se puede adaptar o salvar de alguna manera y se permite que continúe funcionando, la operación permanece clasificada como continua.

Es raro que una empresa conserve la propiedad de las operaciones interrumpidas durante un período de tiempo prolongado. Por lo general, la instalación, junto con cualquier equipo y otros activos relacionados con la operación, se eliminan lo antes posible. Esto permite que la empresa evite pagar impuestos adicionales sobre la propiedad y los activos que ya no son productivos.

 

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