Seguridad de la ranitidina en bebés: información y uso
El uso de ranitidina para bebés generalmente se considera seguro, aunque aún debe usarse solo cuando sea necesario. La ranitidina es un medicamento antiácido común que se conoce con varias marcas. Se usa con mayor frecuencia en bebés para tratar la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) en bebés que tienen dolor debido a una producción excesiva de ácido estomacal. Este medicamento también se usa comúnmente para tratar a adultos con afecciones similares, aunque se administra en dosis más altas.
Los bebés pueden tener sueño después de una dosis de ranitidina.
Cuando se administra en la cantidad correcta, generalmente no hay problemas de seguridad al usar ranitidina para bebés. Incluso a los recién nacidos se les puede recetar este medicamento sin mucha preocupación por los efectos secundarios. La dosis suele depender del peso del niño, por lo que los bebés muy pequeños recibirán una dosis menor que los bebés mayores que pesan más. En algunos casos, se utilizará incluso una dosis más alta si los síntomas no mejoran.
Los bebés que padecen casos graves de ERGE pueden requerir tubos de alimentación.
Aunque se ha establecido la seguridad de la ranitidina para los bebés, todavía existe cierto riesgo de efectos secundarios. La mayoría de los bebés no experimentarán ninguna reacción negativa a este medicamento, pero algunos pueden cansarse un poco con cada dosis. Aquellos que están tomando una dosis promedio demasiado alta para su tamaño también pueden experimentar diarrea. El uso continuo de antiácidos se ha relacionado con ciertos trastornos digestivos, como la mala absorción de nutrientes. Cualquier bebé que comience a perder peso, se niegue a comer o que retroceda en sus habilidades después de comenzar un tratamiento antiácido debe ser examinado por un médico.
A los bebés a los que se les diagnostica ERGE se les puede recetar ranitidina.
El uso de ranitidina para bebés está destinado a aquellos con ERGE real y no a aquellos que simplemente regurgitan mucho. Si un bebé no llora y no parece sentir dolor después de regurgitar, no es necesario que tome un antiácido. La ranitidina no evita la regurgitación. Solo funciona para neutralizar el ácido del estómago al minimizar su producción, aliviando así la sensación de ardor que pueden experimentar los bebés con verdadera ERGE.
Los bebés que lloran con frecuencia pueden tener cólicos.
Algunos médicos ocasionalmente diagnostican a un bebé con enfermedad por reflujo silencioso y recetan ranitidina para los bebés que no presentan la mayoría de los síntomas. Estos bebés pueden volverse más quisquillosos a la hora de comer y parecer tener dolor, pero no es evidente que regurgiten. Aunque el reflujo silencioso ocurre, es probable que cualquier bebé que no mejore sus síntomas dentro de las dos semanas posteriores al inicio de una terapia con antiácidos no tenga la enfermedad por reflujo. Las sensibilidades a los cólicos, los gases crónicos o la leche son todas posibles explicaciones para un bebé que llora.
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